¿Qué es el COVID-19?
El Coronavirus o COVID-19 es una enfermedad de carácter infecciosa, causada por el virus SARS-CoV-2. En el 2019 se identificó que era el causante del brote que se originó en China y posteriormente categorizado como pandemia en marzo 2020, por OMS.
Causas del COVID-19
Es una enfermedad causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-Cov-2) y es de fácil contagio; el cual se da desde la boca o la nariz de una persona infectada cuando habla, tose, estornuda o, incluso, respira, en estos casos, las partículas respiratorias en forma de gotas varios tamaños son inhalada o tragadas por otra persona. Estas gotas también pueden caer en los ojos y provocar el contagio.
Otras formas de contraer la enfermedad, aunque mucho menos frecuente, puesto que su riesgo es menor, son:
- Por aire: una persona puede contagiarse al estar expuesto por largos períodos de tiempo a las gotas que quedan en el aire luego de que una persona enferma las emitiera.
- Por contacto: se puede dar el contagio cuando una persona toca una superficie en la que está el virus y luego se toca la boca, nariz u ojos.
Factores de riesgo
Algunos factores de riesgo ante el contagio del COVID-19 son:
- Contacto directo con pacientes sintomáticos.
- Estar en la cercanía de una persona infectada cuando tose o estornuda.
- Compartir espacio con personas infectadas; en especial cuando están en espacios cerrados sin ventilación.
Síntomas del COVID-19
Entre los síntomas más comunes de la enfermedad se encuentran:
- Cansancio.
- Diarrea.
- Dificultad respiratoria.
- Dolor de cabeza.
- Dolor de garganta.
- Dolor de pecho.
- Dolores musculares.
- Falta de aire.
- Fiebre.
- Goteo nasal.
- Nauseas.
- Perdida del olfato y/o gusto.
- Sarpullido.
- Sudoración nocturna.
- Tos.
- Vómitos.
Los síntomas que presentan los pacientes son muy variados y pueden ser distintos entre pacientes en distintas etapas de la enfermedad y pacientes con condiciones preexistentes. Algunas personas pueden no presentar síntomas y aun así se focos de contagio para el resto.
Se han documentado casos en los que los pacientes presentan pocos síntomas leves y en cuestión de horas, o de un día al otro, los síntomas empeoran. Por otro lado, los niños suelen presentar síntomas leves como los de los adultos, no obstante, algunos de ellos desarrollan el síndrome multisistémico inflamatorio posterior al COVID-19.
Diagnóstico del COVID-19
Para el diagnóstico de la enfermedad es necesaria la revisión clínica del paciente y el resultado positivo de la prueba. Existen dos pruebas para el diagnóstico del COVID-19:
- Prueba de reacción en cadena de la polimetría con transcripción inversa, también conocida como prueba molecular o RT-PCR (o simplemente PCR), por sus siglas en inglés, y lo que hace es identificar el material genético del virus. Para esta prueba se puede tomar una muestra de líquido nasofaríngeo, del cornete medio, narinas anteriores o bucofaríngea; inclusive se le puede pedir a la persona que escupa en un tubo para obtener la muestra, esta vez de saliva. Sirve para identificar la presencia de algunos de los tres siguientes virus: COVID-19, Influenza A e Influenza B. Los resultados se pueden conseguir desde de forma inmediata o luego de 1 a 3 días. La PCR es precisa a la hora de dar un diagnóstico certero, sin embargo, la prueba rápida puede no ser tan precisa.
- Prueba de antígenos que se encarga de identificar algunas proteínas del virus. Se recoge una muestra de líquido con una hisopa nasal largo y, en algunos casos, se pueden conseguir resultados instantáneos. Esta prueba es más propensa a arrojar falsos negativos que la anterior.
Tratamiento del COVID-19
Por lo general, muchas personas solo sufren síntomas leves de la enfermedad, por lo que pueden recuperarse en casa. En este sentido, el tratamiento del COVID-19 consiste en reposo, muchos líquidos y analgésicos, pues lo que se busca es mitigar los síntomas.
Por otro lado, adultos mayores, personas con enfermedades anteriores y aquellos en cuadros graves de la enfermedad son más propensas a ser hospitalizadas para seguir de manera más cercana el progreso de la enfermedad, pues pueden deteriorarse rápidamente.
En cualquiera de los casos, lo más recomendable es la vacuna, dado que es la única vía científica para disminuir la probabilidad de contagio y prevenir un cuadro grave de la enfermedad.
Riesgos de no tratarse
El no tratar los síntomas y no vacunarse va en detrimento de la salud humana. Algunas de las consecuencias de estas acciones pueden ser:
- Coágulos de sangre.
- Insuficiencia orgánica en varios órganos a la vez.
- Lesiones renales agudas.
- Muerte.
- Neumonía o problemas para respirar.
- Problemas cardíacos.
- Síndrome de dificultad respiratoria aguda.
- Susceptibilidad a infecciones virales o bacterianas adicionales.
Dato curioso
¿Sabía usted que el 95% de la población incrementó la frecuencia del lavado de manos?