El 31 de mayo se celebra el día internacional de No fumar y es una fecha crucial para recordar que siempre vale la pena intentar dejar de fumar. Hasta la fecha, según la OMS, sigue siendo una de las causas principales de afecciones y enfermedades relacionadas con el conjunto de órganos que se encargan de la respiración, tales como el cáncer de pulmón, faringe, laringe, entre otros. Pero hoy, desde el Centro Clínico Fénix Salud, queremos hablar principalmente acerca de cómo esta práctica no afecta exclusivamente al fumador, en cambio, cuando uno fuma, fumamos todos.

Cuando fuma uno, fumamos todos

Las consecuencias de fumar son numerosas y probablemente las conoces, como fumador o no fumador, debes saber lo dañino que resulta para la salud general el humo que genera el cigarrillo y los cigarrillos electrónicos. El mismo disminuye considerablemente el rendimiento del cuerpo humano, ya que al afectar el pulmón también afecta la oxigenación de nuestra sangre, por lo que las áreas de riesgo por fumar no están solamente en el aparto respiratorio, sino que produce daños en absolutamente todo nuestro cuerpo.

El cigarrillo tiene un compuesto principal llamado nicotina, una sustancia química que es sumamente adictiva porque regula el estado de ánimo y puede producir una falsa sensación de bienestar momentáneo. Ese es la trampa de ratones que mantiene al fumador atrapado en un círculo vicioso del cigarro, que en sus esfuerzos por liberarse mentalmente de situaciones de estrés, angustia, soledad, entre otras; decide tomar una decisión que, sin saberlo, produce más problemas que soluciones. Porque lo que no sabemos es que esa falsa sensación de bienestar genera un vacío una vez desaparece y eso genera una dependencia de la cual es difícil liberarse en el futuro.

No es fácil, claro que no es fácil

Los consejos están siempre ahí y todo fumador los escucha constantemente, es “cuestión de fuerza de voluntad”, “ve dejándolo poco a poco”, “piensa en las consecuencias que tendrán el día de mañana”, “reemplaza el cigarro con otra cosa”, entre muchas otras que bombardean a los fumadores cada vez que se topan con alguien que es consciente de las consecuencias del mismo. Todos estos consejos funcionan y un esfuerzo real requiere compromiso con tu propia salud, pero podemos entender que no es así de sencillo, pero días como el que se celebra hoy son un recordatorio de que siempre vale la pena intentarlo.

En la actualidad el cigarrillo de tabaco ha sido sustituido por el cigarrillo electrónico o vape, con la creencia de que este último es menos dañino para el cuerpo humano pero esta es una falsa creencia. Estos productos también contienen nicotina y el humo que producen son potencialmente dañinos para los pulmones y los órganos respiratorios. Además de aumentar las posibilidades de generar una dependencia que produce ansiedad y depresión.

Anudado a eso, el fumador pasivo es otro de los que sufre gravemente del humo de cigarro. En cualquier lugar donde haya una persona fumando hay una nube de humo detrás de él que afecta a las personas a su alrededor y las consecuencias pueden llegar a ser peores al aspirar esas sustancias de forma directa. Por eso, cuando uno fuma, fumamos todos y todos sufrimos por la decisión de una persona.

Déjalo hoy

Este artículo lo escribe una persona que fuma, que conoce sus efectos porque su madre también fumó y ahora vive con las consecuencias en un cuerpo con poca resistencia a enfermedades y que aspira a tener un futuro saludable. Pero es esa una esperanza inútil si no me comprometo con la idea de vivir una vida de bienestar, de tratar a mi cuerpo como se merece y de darle a mi mente la tranquilidad que necesita para separarse de esos hábitos dañinos que son obstáculos en el camino hacia ese porvenir que deseo para mí mismo.

Pero las indicaciones están ahí, así como todas las explicaciones de porqué es tan difícil dejarlo, de lo que sufre un cerebro que debe ir acostumbrándose a estar sin una sustancia química que lo engaña con una falsa sensación de bienestar, lo importante de abandonar esos pequeños hábitos que se acompañan con un cigarro, como el cigarro después de comer o ese antes de entrar al trabajo, de enfrentarse a un cerebro irritable cuando pasa un día sin la nicotina. Pero hacerlo, aunque parezca un cliché, es cuestión de fuerza de voluntad y la decisión siempre está en nuestras manos.

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