Cada 13 de enero es el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión. Este día tiene el objetivo de esparcir información, sensibilizar y prevenir a la población de este trastorno que afecta al 5% de los adultos según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por otra parte, la OMS asegura que la depresión se identifica por una “tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras”. Así como también, explica que la depresión puede alterar el apetito y el sueño, y con frecuencia la persona que lo sufre puede tener cansancio y problemas de concentración. Ahora bien, la depresión en niños es un tema muy poco tocado durante este día y la Organización de las Naciones Unidas explica que “la depresión es la causa de enfermedad y discapacidad de niños y niñas de entre 10 y 19 años”.

Esta semana, conversamos con nuestra psicóloga, la Lic. Eleyca Arcia sobre la depresión y cómo podemos identificarla en niños y adolescentes.

¿Qué es la depresión?

La psicóloga asegura que la depresión es la experiencia de un estado de ánimo generalizado de infelicidad o es una experiencia subjetiva de tristeza, infelicidad o incomodidad. También especifica cuáles son las características que presenta una persona depresiva y son:

Estado de ánimo deprimido o irritable

Falta de interés en sus actividades comunes o en las personas

Problemas para satisfacer las demandas de la vida cotidiana

Clasificación de la depresión

La Lic. Arcia, explica que según Weis, R. (2018) la depresión se clasifica de la siguiente manera:

Depresión Mayor

Las personas que sean diagnosticados con el trastorno depresivo mayor, es porque poseen un periodo discreto de infelicidad, que dura por lo menos 2 semanas. Y deben mostrar 5 de los 9 síntomas posibles:

Estado del ánimo deprimido. Los niños expresan disforia (infelicidad) a través de quejas somáticas, como pueden ser fuertes dolores de cabeza y malestar estomacal. Así como también un estado de ánimo predominantemente irritable, parecen estar enojados, sensibles o molestos. Los padres describen a los niños como “malhumorados”. A diferencia de los adultos, que tienden a expresar un estado de ánimo deprimido.

Disminución del interés o placer en la mayoría de las actividades. Es decir, pierden interés en actividades que solían disfrutar antes, en los niños se ve reflejado cuando abandonan las actividades extracurriculares, como los deportes. Así como también los adolescentes, evitan asistir a fiestas u reuniones sociales.

Cambio significativo en el apetito o peso. Las personas con depresión, presentan una disminución en el apetito y esto conduce a una pérdida de peso. En niños y adolescentes, no logran el peso esperado para su edad.

Cambio significativo en el sueño. Por lo general, el problema de sueño en personas que tienen depresión es insomnio, es decir, les cuesta irse a dormir, y tienden a despertarse en medio de la noche, o durante tempranas horas de la mañana, sin poder volver a dormir. El insomnio es un factor predictivo, al momento de detectar problemas en el estado del ánimo en la infancia tardía y en la adolescencia temprana.

Agitación psicomotora. Aumento notable en la actividad psicomotora. En los niños y adolescentes, pueden parecer muy inquietos, tener problemas para mantenerse tranquilo, o inquietarse moviendo las manos y piernas. Estos comportamientos parecen no tener propósito, y reflejan un aumento a nivel de la actividad habitual de los niños. Esta agitación debe ser lo suficientemente severa para ser observada por los demás.

Perdida de energía o fatiga. En las personas con depresión, experimentan una pérdida de energía y cansancio. En los adolescentes, informan que realizan mayores esfuerzos en tareas cotidianas, como prepararse para ir a la escuela, o completar una tarea corta. Mientras que, en los niños, se pueden presentar resistencias al momento de realizar tareas en el hogar o participen en actividades con los miembros de la familia.

Sentimientos de inutilidad o culpa. Un niño con depresión puede entrar en frecuentes discusiones con los padres debido a su estado de ánimo irritable. Luego podría sentirse terriblemente culpable por tener estos argumentos, creyendo que no es digna del amor de sus padres. Del mismo modo, un adolescente con depresión puede no completar las tareas o abandonar los deportes porque cree que no tiene talento o que no tiene ningún valor.

Problemas de pensamiento y concentración. Los adolescentes con depresión pueden tener problemas para realizar actividades mentales complejas en la escuela, como escribir un informe científico o realizar una presentación sobre un tópico novedoso. Los niños y adolescentes con depresión muestran una mayor dificultad para completar las tareas y pueden experimentar una caída repentina en las calificaciones.

Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio. Los pensamientos de muerte y suicidio son comunes entre las personas con depresión, incluidos los niños y adolescentes.

Los niños con Trastorno Depresivo Mayor experimentan al menos cinco síntomas de depresión, incluido el estado de ánimo depresivo o anhedonia, durante al menos 2 semanas. Estos síntomas causan angustia o dificultan el funcionamiento del niño en el hogar, la escuela o con amigos.

Depresión persistente (Distimia)

La distimia se caracteriza en niños como una depresión crónica o un estado de ánimo irritable que tiene una duración de al menos 1 año.

Los niños con distimia se describen como lentos, tristes, malhumorados o maniáticos.

Los adolescentes con distimia se consideran a sí mismos como poco interesantes, ineficaces o desagradables. Son propensos a la autocrítica. Pueden insistir en sus defectos, menospreciarse frente los demás y dudar constantemente de sí mismo y de sus capacidades. Muestran baja autoestima, expresan pesimismo y desesperanza sobre el futuro.

Esta es una condición de larga duración, en donde los síntomas no son tan graves, pero si duran mucho tiempo y afectan casi todos los aspectos de la vida de la persona. Los síntomas aparecen de manera gradual.

La distimia se diferencia de la depresión mayor, por su aparición, duración y gravedad. En la distimia, se presenta un inicio más gradual, con una duración más larga y de menor gravedad.

Importante recalcar, que la ideación suicida y la perdida de placer, son exclusivos de la depresión mayor.

Weis, R. (2018).

¿Sabías qué?

  • 1 de cada 4 niños o adolescentes experimentan depresión en algún momento del ciclo de su vida.
  • La depresión mayor de inicio en la infancia tiene peor pronóstico, más intentos de suicidio y desajuste social con alto riesgo de desarrollo de abuso de sustancias
  • Entre el 3% y el 7% de los adolescentes tienen depresión en un momento dado

Factores Predictores:

  • Pensamientos o acciones suicidas anteriores
  • Problemas de salud mental
  • Problemas de uso de sustancias
  • Estresores psicosociales
  • Problemas familiares
  • Maltrato infantil
  • Sentirse parte de una minoría sexual
  • Bullying y Ciberbullying

Recomendaciones

  • Referirse a los niños siempre con un lenguaje positivo, resaltando lo importante que son en el entorno familiar, escolar y social.
  • Promover la motivación en los niños, conversando sobre lo que les agrada y les entretiene.
  • Ayudarle con los horarios de sueño, los padres y representantes, deben infundir en los niños hábitos de sueño, para esto se les debe pedir que se acuesten a dormir a la misma hora.
  • Enseñarles técnicas de relajación, para controlar los momentos en donde el niño o el adolescente se muestren irritados, esto funcionará para mantener la calma y entender lo que les ocurre.
  • Buscar ayuda profesional, para el cuidado de la salud mental.

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