Haz de tu embarazo algo maravilloso. Tómalo con la responsabilidad que lo amerita.

El control prenatal es el sistema de prevención, mediante consultas médicas, en el que se vela por la seguridad de las futuras madres y bebés con el respectivo cuidado, durante y después del embarazo. El mismo ayuda a identificar embarazos de alto riesgo o cualquier posible complicación que pueda surgir.

Este 12 de agosto, Día Nacional del Ginecoobstetra, te explicamos cómo hacer que tu embarazo transcurra de manera amena.

El orden y periodicidad de las consultas es fundamental

La Organización Mundial de la Salud y especialistas en el área recomiendan:

  1. Primer control: entre la semana 6 y 8.
  2. Segundo control: entre la semana 10 y 13.
  3. Tercer control: entre la semana 16 y 18.
  4. Cuarto control: en la semana 22.
  5. Quinto control: en la semana 28.
  6. Sexto control: en la semana 32.
  7. Séptimo control: en la semana 36.
  8. Octavo control: desde la semana 38 hasta la 41.

La rutina completa de este seguimiento deberá ser complementada con exámenes para conocer más sobre el organismo del feto y descartar patologías o condiciones que puedan afectar el nacimiento y su posterior desarrollo. Los exámenes primarios que advierten cada uno de estos factores son: biométrica hemática completa, grupo sanguíneo y Rh, química sanguínea de cuatro a seis elementos, VDRL y VIH.

Disminuye los niveles de afectación

Según el criterio médico de Johnson&Johnson, la finalidad del control prenatal se basa en la prevención y disminuir los factores de riesgo que pudiesen afectar al bebé y brindar el tratamiento pertinente y a tiempo. Asimismo, disminuir los niveles de afectación de cualquier condición congénita o que desarrolle la madre a través del embarazo que pudiese afectar. Tu salud y la de tu bebé son indispensables. Tómala con la responsabilidad que lo amerita.

  • Infección urinaria asintomática.
  • Infecciones genitales asociadas al aborto o infección del recién nacido.
  • Anomalías congénitas, cardiacas o hidrocefalia.
  • Enfermedades hereditarias.
  • Infecciones congénitas como la rubéola fetal.
  • Enfermedades cromosómicas, tal como el Síndrome de Down.
  • Embarazos múltiples.
  • Amenaza de parto prematuro.
  • Problemas placentarios y desprendimiento prematuro.
  • Presión arterial alta.
  • Trastornos de crecimiento fetal o diabetes del embarazo.
  • Incompatibilidad de grupo sanguíneo o enfermedad por Rh incompatible.

Conservar una buena relación con tu médico de cabecera y conceder la confianza para llevar a buen término el embarazo es elemental para tu bienestar y el de tu bebé. Tómalo con la responsabilidad que lo amerita.

En el Centro Clínico Fénix Salud, contamos con la Unidad de la Mujer, un espacio dispuesto para brindar a cada embarazada la más cálida atención, con responsabilidad, compromiso, ética y humanidad. Nuestro compromiso es con la salud y bienestar de nuestros pacientes.

Share This