Hoy en día vivimos en una sociedad acelerada de la cual no podemos huir, lo que podemos hacer es cuidar nuestra salud lo mejor que podemos dentro de esta vorágine de situaciones.

Nuestro internista Ernesto Arzola nos habla acerca de una de las enfermedades más extendidas en nuestra sociedad, la hipertensión.

¿Qué es la hipertensión arterial y qué la causa?

Primero que nada, debemos definir qué es la presión arterial, y esta es la fuerza con la que se mueve la sangre por las arterias. Existen dos tipos de presiones arteriales:

  • La sistólica (o mejor conocida como “Alta”), cuyos valores normales se encuentran entre los 10 y 14 cm de Hg.
  • La diastólica (o mejor conocida como “Baja”), cuyos valores normales se encuentran entre los 6 y 9 cm de Hg.

Si estos valores se encuentran elevados de manera sostenida en el tiempo podemos hablar de hipertensión arterial. Este es un problema de salud pública ya que una de cada 3 personas es hipertensa, el 33% de la población es hipertensa, de ese porcentaje solo un 50% está tratado y de esos solo el 25% están bien controlados; aquellos que no entran en ninguno de estos porcentajes corren riesgo de complicaciones posteriores.

¿Cómo podemos identificar que una persona sufre de hipertensión arterial?

En muchos casos no hay una sintomatología especifica que nos ayude a detectar la hipertensión sin estudios, cuando empezamos a ver una sintomatología suele ser por complicaciones producto de la hipertensión no tratada. La forma más adecuada de diagnosticar la hipertensión es acudiendo regularmente a consulta (una vez cada 6 meses) para chequear que todos lo valores están dentro de los rangos normales.

¿Cómo se diagnostica la hipertensión arterial y cuáles son las medidas que se deben tomar una vez diagnosticado?

En consulta podemos llevar el registro de cuales son los valores normales para cada paciente, estos pueden variar de la media por varias razones y es por ello que debemos conocer cuál es la tensión normal de cada paciente. Una vez conocemos los valores normales procedemos al monitoreo y, si estos empiezan a fluctuar de manera sostenida en el tiempo, podemos diagnosticar casos de hiper o hipotensión arterial.

Pueden ser signos de valores elevados de la tensión arterial síntomas como: cefalea, mareos, la sensación de pitido en los oídos y dolor en el tórax. El instrumento que debemos usar para medir los niveles de tensión arterial es el tensiómetro, sin el cual no se pueden hacer mediciones ni diagnósticos precisos; con diagnostico en mano, se procede a aplicar un tratamiento farmacológico que ayude a regular los niveles.

¿Existen factores de riesgo?

Hay factores modificables y no modificables que pueden facilitar el desarrollo de la enfermedad en una persona; el factor no modificable más importante es la herencia, es más probable que una persona desarrolle hipertensión cuando tiene padres o abuelos hipertensos. Los modificables se encuentran en los hábitos de vida de la persona, ellos son la dieta, el consumo de tabacos y alcohol, el peso y el sedentarismo, todos estos siendo modificables dentro de la rutina diaria del paciente.

Es importante aclarar que cuando la enfermedad no es tratada a tiempo esta puede generar problemas en los órganos diana, cerebro, corazón, retina, riñón, generando complicaciones micro y macro vasculares.

¿Qué recomendaciones se le pueden hacer a una persona que acaba de ser diagnosticado con hipertensión arterial?

Lo principal es no automedicarse y una vez diagnosticado se tiene que recordar que la vida no cambia con el diagnostico, si es necesario se puede recurrir a un psicólogo que ayude con el proceso de ajuste al tratamiento y miedos que esto pueda generar. Siguiendo o no un tratamiento farmacológico, el paciente debe mejorar su dieta, bajar grasas y sales, evitar el tabaco y el alcohol, hacer ejercicio regularmente y dormir las 8 horas recomendadas.

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