¿Qué es la espina bífida?

La espina bífida es una anomalía congénita del tubo neural (estructura del embrión en desarrollo que pasará convertirse en cerebro, medula espinal y los tejidos que lo rodean). Este defecto congénito provoca problemas en la médula espinal y los huesos que la rodean.

Tipos

Existen tres tipos de espinas bífidas; tenemos la oculta, mielomeningocele y meningocele.

• Oculta: esta se caracteriza por una pequeña separación entre una o más vertebras, y por tanto es el tipo más leve y común de las espinas bífidas. Muchos de los pacientes con esta afección no saben que la tienen hasta que, por otros motivos, una prueba de imagenología revela este defecto.
• Mielomeningocele: en este caso queda abierto el canal medular en la parte baja o media de la espalda y a lo largo de varias vertebras. Este es el tipo más grave de todos. A los bebés que naces con mielomeningocele se les forma un saco en esta área que deja expuestos nervios y tejidos, aumentando las posibilidades de adquirir graves infecciones, aumenta también el riesgo de parálisis y de disfunción de la vejiga y el intestino.
• Meningocele: este tipo también viene con un saco en la columna vertebral, esta vez lleno de líquido cefalorraquídeo; no afecta ningún nervio ni hay partes de la medula en el saco. Es el tipo menos común, no obstante, genera problemas funcionales menores y puede favorecer ciertas complicaciones en la vejiga y los intestinos.

Causas de espina bífida

Esta afección se forma cuando la columna vertebral y la medula espinal no se forman correctamente en el embrión. La causa exacta a aún no se conoce, sin embargo, se cree que es la combinación de varios factores: nutricionales, genéticos y ambientales, como la falta de folato y anomalías en el tubo neural.

Factores de riesgo

Algunos factores de riesgo son:

• Antecedentes familiares: tener parientes directos con esta condición aumenta las posibilidades de padecer de ella también.
• Aumento de la temperatura corporal: el riesgo de tener un bebé con esta condición a aumenta cuando, en las primeras semanas de gestación, la madre sufre aumentos en la temperatura corporal en el torso.
• Deficiencia de folato: en su forma comercial se conoce como fólico y es la forma natural de la vitamina B-9.
• Diabetes.
• Medicamentos anticonvulsivos durante el embarazo: tomar ácido valproico, entre otros medicamentos, pareciera indicar que aumenta la probabilidad de causar problemas en el tubo neural del embrión, ya que interfiere con la absorción del folato y el ácido fólico.
• Obesidad.

Síntomas de la espina bífida

Los síntomas varían de acuerdo al tipo que tenga el bebé. Cuando hablamos de espina bífida oculta, generalmente no hay síntomas; aun así, estos bebés pueden nacer con alguna marca o algo distintivo en la zona de la espalda donde se presenta el defecto.

En el caso del meningocele solo se suelen presentar problemas con el funcionamiento de la vejiga y los intestinos. Mientras que con mielomeningocele hay signos y síntomas más claros y visibles:

• El canal medular queda expuesto por varias vertebras en la parte baja o media de la espalda.
• En algunos casos el paciente puede tener hidrocefalia.
• Hay un saco de nervios, membranas y medula espinal expuesto desde el momento del nacimiento.
• Tejidos y nervios expuestos.

Diagnóstico de la espina bífida

Esta afección se puede diagnosticar durante y después del embarazo.

Entre los métodos de detección en el embarazo tenemos:

• AFP: es la proteína alfafetoproteína y un análisis de ella puede indicar si el bebé tiene o no espina bífida.
• Amniocentesis: esta prueba consiste en tomar una poco del líquido amniótico y analizar sus niveles de AFP.
• Ecografía: se usa la ecografía para ver si el bebé tiene o no espina bífida, lo cual podría explicar un alto nivel de AFP.

Entre los métodos que hay para después del embarazo tenemos:

• Estudios de imagen: resonancias magnéticas, ecografías, tomografías o radiografías pueden usarse para estudiar mejor la columna y los huesos de la espalda
• Examen físico: con frecuencia se puede ver un mechón de pelo o un hoyuelo en la zona de la espalda donde está el defecto.

Tratamiento de la espina bífida

Así como los síntomas, el tratamiento depende de qué tipo de espina bífida tenga el bebé. En el caso de espina bífida oculta, normalmente no necesitan tantos cuidados como los otros dos. En cambio, mielomeningocele y meningocele pueden necesitar desde cirugía (antes o después del nacimiento), aunque no en todos los casos tienen 100% de éxito, hasta tratamientos destinados únicamente a solventar sus síntomas. Entre esos están:

• Atención continua para asegurar el correcto desarrollo y funcionamiento del infante.
• Cirugía para la hidrocefalia.
• Control de la vejiga y los intestinos con medicamentos y exámenes rutinarios.
• Terapia y ayudas para caminar y tener movilidad.

Riesgos de no tratarse

Algunos de los síntomas que más frecuentemente se presentan en niños con espina bífida son:

• Alergia al látex.
• Déficit de atención.
• Depresión.
• Dificultad para las matemáticas y la lectura.
• Infecciones de las vías urinarias.
• Medula espinal anclada a la cicatriz donde se cerró quirúrgicamente el defecto.
• Meningitis.
• Problemas de la derivación de la válvula para drenar el líquido de la hidrocefalia.
• Problemas de piel, como heridas, ampollas o llagas que se convierten en heridas profundas con alto grado de infección.
• Problemas del intestino o vejiga.
• Problemas en la formación del Chiari tipo 2.
• Problemas gastrointestinales.
• Problemas ortopédicos.
• Problemas para caminar o moverse.
• Problemas para respirad durante el sueño.
• Trastornos del aprendizaje.

Dato curioso

¿Sabía usted que una de las mejore maratonistas del mundo tiene espina bífida? ¿Y que además ayudó a crear una ley para competir con su silla de ruedas? Su nombre es Tatyana McFadden y es la primera persona en ganar en la misma temporada los maratones de Boston, Londres, Chicago y Nueva York.