pneumonia

¿Qué es la tuberculosis?

La tuberculosis es una enfermedad bacteriana que ataca los pulmones, sin embargo, se han registrado casos en los que ataca otras zonas, como la columna vertebral, el cerebro o los riñones.

Tipos

Como no todas las personas que se contagian con la batería desarrollan síntomas, existen dos tipos:

  • Latente: la bacteria vive dentro de la persona, pero no le enferma, es decir, es asintomático. Este tipo no es contagioso, pero puede cambiar a activa en cualquier momento, por eso es importante someterse al tratamiento.
  • Activa: la bacteria está activa y provoca la enfermedad, sin embargo, puede presentarse semanas o años luego del contagio. Es contagiosa y requiere de tratamiento inmediato.

Causas de la tuberculosis 

La bacteria que causa la enfermedad se llama Mycobacterium tuberculosis y se propaga entre las personas por medio del aire, es decir al respirar aire con esta bacteria; cabe destacar que la enfermedad no se trasmite al besar, compartir vasos y platos ni tocar a personas contagiadas.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la enfermedad son:

  • Adicción a las drogas o al alcohol.
  • Bajo peso corporal.
  • Consumo de medicamentos contra el rechazo a órganos trasplantados.
  • Estar expuesto a la enfermedad por trabajo o vivienda.
  • Fumar.
  • Malnutrición.
  • Nacer o vivir en países donde la enfermedad todavía es común.
  • No haber recibido tratamiento correcto para la tuberculosis en el pasado.
  • Ser menos de 5 años.
  • Ser paciente con VIH positivo.
  • Ser trabajador de la salud.
  • Ser un adulto mayor.
  • Tener una enfermedad previa que dificulte combatir los gérmenes e infecciones; tales como: enfermedad renal grave, cáncer (y estar en tratamiento para ello) o diabetes.
  • Uso prolongado de esteroides.

Síntomas

Los síntomas suelen ser:

  • Debilidad o fatiga.
  • Dolor en el pecho, al respirar o toser.
  • Escalofríos.
  • Fatiga.
  • Fiebre.
  • Perder peso sin intentarlo.
  • Pérdida del apetito.
  • Sudoraciones nocturnas.
  • Tos con sangre o moco por al menos tres semanas.

Diagnóstico

El diagnóstico implica varias fases; en la primera fase se debe detectar si la persona tiene la bacteria que causa la enfermedad por medio de un análisis de sangre o de piel.

En el caso de tener la bacteria, se procede a una segunda fase en la que buscará determinar si está creciendo de forma activa. Para ellos se utiliza:

  • Análisis de muestras de tejidos o fluidos (como moco) para determinar si la bacteria cree en los pulmones o en otra parte del cuerpo.
  • Pruebas de imagenología (como radiografía de tórax) para determinar si la bacteria crece en los pulmones.
  • Análisis de orina para determinar si la bacteria crece en otros lados del cuerpo que no son los pulmones.

Tratamiento

El tratamiento, sea activa o no, se centra en los antibióticos a fin de combatir la bacteria.

  • Si es latente, el tratamiento consiste en tomar antibióticos por un periodo de tiempo que va desde los 3 hasta los 9 meses.
  • Si es activa, el tratamiento consiste en tomar antibióticos por un periodo de tiempo que va desde 6 hasta los 12 meses.
  • Si la enfermedad activa está en los pulmones y garganta, adicionalmente a los antibióticos, el paciente debe tener un periodo de confinamiento por algunas semanas para contagiar a más nadie.

Riesgos de no tratarse

Uno de los riesgos de no seguir el tratamiento como está indicado por el especialista médico es crear resistencia a los antibióticos, haciendo que la enfermedad sea más difícil de curar.

Dato curioso

¿Sabía usted que en la época victoriana el aspecto físico de las personas con tuberculosis era lo que se consideraba «bello»? Las personas podían hasta convivir con los infectados para conseguir un aspecto de extrema delgadez, tez pálida (casi transparente), ojos brillantes con pupilas dilatadas, mejillas sonrojadas y labios rosáceos.