Hay personas que permanecen en la memoria de quienes la conocieron, como es el caso de la Dra. María Virginia Orta. Decir que fue alguien única es decir poco. No fue fácil para una mujer de su época y en sus condiciones superarse y transcender como ella lo hizo. Se enfrentó a muchos obstáculos. En sus inicios, cada día había un nuevo reto por vencer y, sin embargo, nuestra querida doctora Orta se convirtió en la primera mujer traumatóloga de Venezuela, salvando estereotipos.

Para sus alumnos era como una madre, dura, con una honestidad brutal pero cariñosa, que al mismo tiempo los protegía y defendía, aunque ello implicara enfrentarse a sus colegas. En este sentido, el Dr. Robert Castillo recuerda como en el año 2006, la doctora Orta lo ayudó a ingresar a la residencia en el Hospital de Lídice y más adelante lo apoyó ante las autoridades para conseguir un permiso para realizar un viaje durante su primer año, así era ella, leal y defensora de los suyos.

Su humanidad y empatía se mostraba más grande que nunca con sus pacientes, para los que estaba en cualquier circunstancia incluso cuando estos no pudieran hacer frente al pago de sus servicios.

Desde el instante en el que María Virginia comenzó a romper paradigmas transcendió hasta abrir una brecha en el mundo de la medicina, es por eso que en Fénix tenemos tiempo homenajeándola, tanto que en noviembre de 2018 se organizó la II Jornada Científica del Centro Clínico Fénix Salud: “Dra. María Virginia Orta”, lo que demuestra nuestra devoción y agradecimiento a su legado.

Por eso hoy nos despedimos de ella recordando su alegría y vitalidad, con el corazón tocado, pero sabiendo que donde quiera que esté repartirá conocimiento, amor y lealtad. Te queremos Dra. Orta.

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