¿Sabías que tu intestino alberga un universo de billones de bacterias que influyen en cómo te sientes? Este conjunto de bacterias, conocido como microbiota intestinal, juega un papel crucial en tu salud física y mental. Hoy vamos a indagar en esa conexión inesperada: las bacterias y tus emociones.

Ante la presencia de bacterias causantes de enfermedades se empieza a librar una batalla cuya victoria depende de las bacterias “bacterias buenas” en nuestra trayectoria intestinal, esos microrganismos condicionan en gran medida la victoria encima de enfermedades infecciosas que pueden convertirse patologías agudas o graves.

Pero va más allá de eso, las bacterias no solo mantienen contribuyen al bienestar de nuestro sistema inmunológico, la flora intestinal también tiene una estrecha relación con lo que sentimos, ¿nunca has tomado una decisión con las tripas? ¿se te ha hecho un nudo en la garganta ante el nerviosismo? ¿vuelan mariposas en el estómago cuando te enamoras?

¿Cuáles son las bacterías buenas? Descúbrelo en nuestro artículo 

¿Cómo el microbiota influye en tus emociones?

Varios estudios han comprobado que las bacterias tienen la capacidad de sintetizar hormonas como la serotonina, adrenalina y dopamina. Encargadas de muchas de las emociones positivas que somos capaces de sentir, como el amor, la alegría, la paz, la serenidad, la expectativa, entre otras. Y la causa de la tristeza o la irritabilidad puede verse reflejada de un desequilibrio intestinal.

Una buena y variada alimentación tiene una gran responsabilidad en la calidad de vida, en la forma como nos sentimos y con qué pie decidimos pararnos en la mañana. Pero eso no es nada nuevo, en 1908 el microbiólogo y premio nobel de la fisiología Elías Metchnikoff, demostró en su libro La prolongación de la vida: estudios optimistas, que la mayoría de las enfermedades e infecciones del cuerpo nacen en el tracto digestivo.

La relación es intrínseca y estos son algunos de los ejemplos:

• Comunicación directa: El intestino está conectado al cerebro a través del nervio vago, una autopista de información bidireccional. Las bacterias intestinales pueden enviar señales al cerebro, modulando emociones como la felicidad, la tristeza o la ansiedad.

• Producción de neurotransmisores: El microbiota produce serotonina, dopamina y otros neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, el sueño y la percepción del dolor.

• Inflamación: Un desequilibrio en el microbiota intestinal puede aumentar la inflamación en el cuerpo, lo que se ha relacionado con la depresión y la ansiedad.

 

¿Qué puedes hacer para cuidar tu microbiota intestinal?

Aquí hay dos términos que quizás te interese conocer: probióticos y prebióticos, ambos son alimentos que fomentan y promueven la gestación de bacterias saludables en el tracto digestivo. Y han ganado una posición importante en la rutina de alimentación que debemos llevar para mantener nuestro bienestar. Entre ellos: el yogurt y los frutos secos, he ahí la tendencia tan grande por estos alimentos en la actualidad.

Es importante que estos alimentos sean equilibrados con una alimentación balanceada y tener en cuenta que no son los únicos importantes para cuidar nuestro microbiota intestinal. Recuerda:

• Alimentación saludable: Consume alimentos ricos en fibra, prebióticos y probióticos para alimentar a las bacterias «buenas».

• Manejo del estrés: El estrés crónico puede afectar negativamente el microbiota intestinal. Practica técnicas de relajación como yoga o meditación.

• Evitar el uso excesivo de antibióticos: Estos medicamentos pueden eliminar bacterias «buenas» y «malas» por igual, alterando el equilibrio del microbiota.

 

La conexión inesperada: bacterias y emociones 

En el Centro Clínico Fénix Salud, contamos con un área de bacteriología especializada en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades relacionadas con el microbiota intestinal. Que se encargan de realizar análisis de heces para evaluar la composición de tu microbiota intestinal. De la misma forma diseñamos planes personalizados de alimentación y probióticos para mejorar tu salud digestiva y mental.

Esa conexión inesperada entre las bacterias y las emociones, no es tan inesperada como parece. El intestino es el inicio y el fin de cómo nos sentimos, así que cuídalo.

 

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